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lunes, 3 de noviembre de 2014

Higos en almíbar



¡HOLAAA!

Meses sin aparecer por aquí.

Pero llegó el Otoño, mi estación favorita. 

Las frutas de Otoño son deliciosas.

Por su sabor, por sus colores.

Dulces y repletas de antioxidantes.

Uno de los frutos que más me gustan son los higos.

Este año hemos recolectado una buena cantidad.

Los hemos comido frescos, también hemos elaborado mermelada.

¡Riquísima!

Y además he conservado algunos en almíbar.

Lo he hecho de la siguiente manera y han quedado

muy buenos:



En primer lugar debemos escoger frutos maduros pero no demasiado, han de estar algo duritos para que no se deshagan durante la preparación.

Lavamos 1 kg. de higos y los colocamos en una olla. Añadimos agua justo hasta cubrirlos y ponemos la olla al fuego.
Cuando la superficie del agua se cubra de una capa espumosa o blanquecina apartamos la olla del fuego y escurrimos el agua, reservando los higos.
Ponemos otra olla al fuego con 1 litro de agua y 1/2 kg. de azúcar y cáscara de limón.
Vamos pinchando cada higo con un palillo y los introducimos en la olla con el almíbar y dejamos cocer hasta que la piel de los frutos da la sensación de que es transparente.

Repartimos los higos en frascos de cristal,( de los que tienen tapa hermética, la tapa de rosca no vale), debidamente esterilizados.
Los acabamos de llenar hasta los bordes con el almíbar y los cerramos bien.


A continuación cubrimos el fondo de una olla con un paño de algodón.
(La olla ha de ser lo suficientemente grande para que los frascos puestos de pie puedan ser cubiertos con agua)

Sobre el paño colocamos los frascos de pie, poniendo entre ellos otros paños o telas de algodón con el objeto de que al hervir no choquen entre sí.

¡No nos gustaría nada que se rompiesen!

Ponemos la olla al fuego y la hacemos hervir durante 20 minutos.

De esta manera queda esterilizado todo el contenido y se puede guardar en perfectas condiciones durante todo el año.

Una vez transcurridos los 20 minutos, apagamos el fuego y dejamos enfriar.

Ya fríos los sacamos de la olla, los secamos muy bien y los etiquetamos.

Son perfectos para acompañar quesos frescos o curados.

Ideales también como guarnición para los asados.

O sencillamente como postre.



¡Que los disfrutéis !

¡Hasta la próxima!